Llego el momento que año con año esperamos muchas personas. Arreglamos nuestras mejores prendas. Arreglamos nuestra barba y bigote, ir con el peluquero.

Y aprovechar el gran aparador que serán estas fiestas.

Uno nunca sabe quien puede estar en el mismo lugar de rezo, puede ser tu siguiente pretendiente, una tía de alguna niña interesada en ti o incluso una casamentera.

Si ya eres casado este ritual no se puede ver afectado ya que tienes que dar una gran impresión en nombre de tus familiares.

Y recuerden que lo que no juzga nuestro señor lo juzgaran en sus templos de elección por las prendas elegidas para la ocasión.